En 1784 la revista alemana Berlinische Monatsschrift propuso una pregunta de la que solicitaba una respuesta. Quien quisiera podía enviar sus reflexiones. La pregunta era la siguiente: ¿qué es la Ilustración?
Entre los estudiosos que se dispusieron a responder se encontraba Immanuel Kant, quien envió un texto con el título Contestación a la pregunta ¿qué es la Ilustración? El escrito no tuvo entonces particular resonancia, pero actualmente es considerado un clásico de la Ilustración alemana, sea por la claridad de su exposición, o por la autoridad, ya públicamente reconocida en la época, del redactor.
El documento es importante porque nos ofrece la posibilidad de valorar de qué modo y con qué sentimiento los ilustrados se consideraron a sí mismos, al tratarse, de una voz que habla desde dentro de la Ilustración. Ciertamente no faltan otros testimonios análogos -entre 1780 y 1784 se abrió en Alemania un amplio debate en el que participó también Moses Mendelssohn (1729-1786), gran defensor de la necesidad de divulgar la filosofía a todos los estratos, incluso los más modestos, de la población-, pero es singular el entusiasmo con que Kant afronta el tema. Según el filósofo la Ilustración es "la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía del otro", o la consecución de una autonomía de juicio, tanto respecto a la ciencia como a la religión, ética y la política, para llegar a la cual sólo se precisa voluntad y decisión.
No es una falta de inteligencia o sabiduría lo que retiene al hombre por debajo de sus posibilidades sino el temor, explotado con arte según Kant por quienes de ello sacan ventaja, de salir finalmente de la "tutela" -tutela de la autoridad en general- para convertirse en adultos. Sapere aude! "¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!", éste es, según Kant, el lema de la Ilustración. Este valor se funda en dos presupuestos: que exista libertad de pensamiento y que la liberación de la razón sea colectiva y no individual, porque "es difícil para cada hombre en particular lograr salir de esa incapacidad, convertida casi en segunda naturaleza".
Expresión paradigmática del concepto alemán de Aufklärung ("esclarecimiento de las tinieblas"), el escrito kantiano constituye una prueba determinante de la autoconciencia que los ilustrados tuvieron de sí mismos, del período en el que trabajaron y de la acción capital que emprendieron -en el plano divulgativo o pedagógico- para mantener y difundir el ejercicio de la libertad de pensamiento y de palabra.
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