¿Estamos legitimando a toda costa el orden social existente? Algunos autores que han abordado el problema de las relaciones entre normalidad y norma parecen pensar que la “naturaleza de las cosas”, es decir, los elementos de hecho de toda organización jurídica, llevan en sí mismos las condiciones de su equilibrio y descubren, por así decir, la norma que los debe regir. Geny, por ejemplo, habla de la “ley de la armonía” de las relaciones vitales, ley que es preciso descubrir para encontrar la norma aplicable a tales relaciones, de modo que será normativa -es decir, “justas”- aquella conducta que ayude a restablecer la armonía rota.
- La "armonía" en el orden social, político o económico
Hablar de “armonía” para referirse al orden social, político, económico, etc.… existente, es realmente complicado, porque de alguna manera, el uso mismo de estos términos para legitimar lo que existe.
+ La normalidad histórica crea la norma
Es este tema, lo único que aparece claro es que la normalidad histórica crea la norma, ya que nadie, incluso para hacer justicia, puede salir de su tiempo, del mismo modo que nadie puede salirse de su propia piel.
- Stahl y su defensa del orden social y económico existente
Este tema se ha complicado porque algunos autores han entendido que el orden histórico existente debe ser atacado y obedecido porque, al haber sido creada la realidad por Dios, el mantenimiento de tal orden -que forma parte de la realidad- viene ordenado también por Dios. El filósofo que más se ha distinguido en este empeño ha sido F. J. Stahl, el gran conservador prusiano del siglo pasado, que mantuvo que el orden social y económico que entonces existía en Centroeuropa, con la repartición entonces existente de la propiedad inmobiliaria, es el querido por Dios. En tal caso, supondría una blasfemia pretender una reforma agraria, por ejemplo.
- El orden universal existente: el mejor metafísicamente (Leibniz y Voltaire)
Otros pensadores han entendido, en un plano filosófico muy abstracto, que el orden universal existente es el mejor posible metafísicamente, como mantuvo Leibniz, por lo que la estructura actual del ser debe ser respetada por los hombres. Esta tesis parece chocar con nuestra experiencia, ya que muchos entendemos que las cosas podrían ser mejores, o ir mejor de cómo van; al filo de esta última idea, Voltaire dedicó su Cándido o el optimismo a mostrar que las cosas podrían irnos mejor a todos y que, en consecuencia, el optimismo metafísico de Leibniz es algo apresurado.
- La opinión de Carpintero al respecto
Este es un tema que se presta más a explicitación de sentimientos, estéticos fundamentalmente, que no a un análisis que pretenda ser aceptablemente riguroso. Muchos entendemos que la realidad social, política, económica, etc.… existente presenta muchas facetas que, lejos de estar ordenadas por Dios, o de ser metafísicamente las mejores posibles, o las únicas posibles, suele venir creadas por relaciones históricas de fuerzas que se producen entre los grupos políticos, económicos, profesionales, etc., es decir, por la fuerza de aquellos grupos que crean la Historia. También interviene, como hacer notar Hugo, el azar, un azar que con frecuencia es desdichado para muchos.
Si así es la realidad social, y éste es su origen, ¿podemos considerar que esta realidad crea las normas para conocer lo justo y lo injusto? Es decir, esta realidad en la que vivimos, ¿es normativa para nosotros?
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Fuente:
"Una introducción a la ciencia jurídica", Francisco Carpintero. Podéis encontrar, en su página web, el libro completo pinchando aquí.