Recordemos que Habermas sostiene que la justificación es proporcionada por las características implícitas en todo intercambio lingüístico. Sin embargo, esa justificación tiene un alcance más hondo del que Habermas parece querer reconocer. La comunicación mediada por el lenguaje supone el reconocimiento de la capacidad del otro para exponer sus razones, de lo contrario no hay auténtica comunicación. Podríamos decir, en términos que Habermas rechaza, que hay una característica propia del ser humano que reclama reconocimiento; es su naturaleza, que, desplegada en la interacción comunicativa con otros seres humanos, exige el respeto recíproco a la igual libertad de todos para participar con sus puntos de vista en el entramado social de comunicaciones. Evidentemente, este reconocimiento supone partir de una ontología de lo humano como requisito de racionalidad y baremo justificador del derecho positivo. Habermas no quiere reconocerlo, pero no parece haber otra forma de entender coherentemente su obra que adscribirlo a su pesar al campo del iusnaturalismo.
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- El Consenso Nacional: artículos en nuestro blog de Teoría del Derecho
+ Claves de la racionalidad práctica
+ La imposibilidad del discurso puramente racional
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Fuente:
Apuntes del profesor Manuel Jesús Rodríguez Puerto, correspondientes a la asignatura de Teoría del Derecho, impartida en la Universidad de Cádiz.